Del ascenso de la ultra derecha en España y del fracaso de la izquierda impidiéndolo

Bueno en primer lugar aclarar que por fracaso de la izquierda no me refiero a un fracaso político (de políticas) si no discursivo, al no evitar un cambio en la percepción pública de temas que hace tan solo 5-10 años parecían de un consenso absoluto. Es obvio que durante la última legislatura en España se han conseguido avances clave desde la perspectiva de la izquierda, pero los discursos y la tendencia social se ha deslizado peligrosamente hacia la derecha y la ultra derecha, cambiando del país que tomó las plazas hace 15 años al que corea “que te vote txapote” como un meme divertido en cada ocasión.

La ultraderecha en España basa su discurso, su apoyo y su crecimiento en tres pilares, dos de ellos copiados a otros lugares, uno adaptado de aquí. Este último es el tema territorial, el centralismo como bandera, un tema tradicional de la derecha española, que desde mediados de los años 90 parecía parcialmente superado por el PP, que se oponía, a veces de forma feroz, a la ampliación de la descentralización, pero en ningún caso cuestionaba sus bases fundamentales ni planteaba revertirla en modo alguno. El discurso de VOX es diferente en esto porque partiendo de esa resistencia a la descentralización la lleva un paso mas allá y plantea una recentralización del Estado. Este discurso cala de forma muy clara en aquellas zonas territoriales donde la autonomía no tiene una significación histórica o cultural relevante y donde es fruto del “café para todos” y no de una necesidad real. Esto es, en las Castillas principalmente, aun que no en exclusiva.

Otro de los temas fuertes de VOX es la inmigración. Como tema recurrente de la ultraderecha global lo presenta con todos los monomitos habituales, desde la violencia desmedida de los inmigrantes, mezclándolo con posibles problemas de inseguridad ciudadana (reales o exagerados) hasta la suplantación cultural, la posible imposición religiosa, sin perder los clásicos slogans sobre robar el trabajo o las mujeres. Discursos no muy elaborados, pero si muy efectivos, principalmente en zonas en las que hay una alta concentración de inmigrantes, zonas en las que no están ni mucho menos acostumbrados a esta presencia, que se encuentra hoy por hoy con gran cantidad de extranjeros. Zonas del sur del país y barrios populares de las grandes capitales son el principal caladero de estos discursos.

El último de los elementos principales, copiando también los argumentos al extranjero, es la lucha contra un supuesto feminismo “radical” o los derechos de personas con orientaciones sexuales diversas, mezclándolo todo con una suerte de revival religioso y miedo a un supuesto adoctrinamiento infantil en valores no cristianos. Lo enmarcan todo y lo empaquetan en una percibida guerra cultural global, como parte de un globalismo todo ello como forma de reempaquetar el antiguo contubernio judeo-masónico que así enunciado no vende ya tan bien. Este discurso cala especialmente en las clases acomodadas de todo el país.

Me propongo, en una serie de tres artículos, explicar los discursos de VOX (y por extensión de buena parte de la derecha internacional) en esos tres puntos y como la izquierda debería articular sus discursos para contrarrestar esas ideas, presentando o reelaborando ideas ya presentes en la izquierda para dar respuesta a problemas que hasta ahora están ignorando o a los que no se le da la respuesta correcta.