Niké, la diosa de la Victoria
Dentro de la mitología griega, Niké era la diosa del triunfo y la victoria la cual a menudo aparece en varias esculturas sobre la mano de Zeus o Athena, representando que dichos dioses siempre saldrán victoriosos ante las dificultades.
Esta diosa fue venerada por los griegos al grado que se le erigió un templo en la Acrópolis de Atenas.
Según algunos estudios, Niké también era conocida como Astrea y fue inmortalizada dentro de las constelaciones del Zodiaco, en este caso bajo el signo de Libra.
En varios tratados de mitología se hace referencia que a diferencia de Temis (la Justicia) que tiene sus ojos vendados, Niké los tiene abiertos, lo cual significa que su mente está despejada para tener la facultad de indagar los motivos o causas que impulsaban a los seres humanos al triunfo y la victoria.
Su equivalente en la mitología romana era Victoria, con quien se consideraba que se había criado Atenea de pequeña, aunque en algunas versiones romanas Victoria era la hija de Júpiter y Temis, aunque en otras versiones se cree que era hija del titán Astreo y la diosa del amanecer Aurora.
Dentro de la cultura Griega, Niké presidía siempre las competencias tanto militares como atléticas pues justamente los participantes al final lo que intentaban era obtener el triunfo, dígase la Victoria.