El
mito judio del
golem es muy muy antiguo, normalmente se dice, segun la
leyenda, que un golem es un ser animado por medio de la
magia o un
poder divino, generalmente hecho de arcilla o barro.
De hecho es poco conocido que esta mítica criatura aparece en la
biblia (Salmos 139:16) así como también en el
Talmud (Libro que recoge principalmente las discusiones rabínicas sobre leyes judías, tradiciones, costumbres, historias y leyendas).
Según
tradición judía, como ya dijimos, el golem es creado a partir del barro, y se le da vida a partir de una
chispa divina, según se creía, algunas personas con un cierto grado de santidad y acercamiento a
Dios podrían adquirir algo de su
sabiduría y
poder. Uno de esos poderes sería justamente el de la creación de
vida. Sin embargo, no importa qué grado de
santidad tuviera una persona, el ser que creara sería solamente una sombra de la
creación de Dios, ya que, entre otras cosas, el golem carece de
alma.
La incapacidad principal del golem segun las
leyendas, justamente era la incapacidad de hablar. Segun creencias judias, tener un golem sería visto como el símbolo final de la sabiduría y la santidad, como es de suponerse, hay muchos relatos de golems relacionados directa e indirectamente con rabinos ilustres durante toda la Edad Media.
Cabe decir que en muchas
historias, para hacer funcionar un golem había que meterle un papel con una orden por la boca, y acto seguido el golem cumplía dicha tarea.
El señor
Gustav Meyrink justamente capturó parte de la esencia del mito del golem en su
novela, la cual fue adaptada para el cine mudo por
Carl Boese y Paul Wegener en 1920, sin embargo aquí hay que decir que Wegener realizó tres películas sobre esta criatura mítica, sin embargo, la más conocida es justamente la que aquí compartimos, es decir, la versión de 1920.