Que el alpiste no te despiste

Blog para los que no se dejan engañar por comida para pájaros

Opciones de Investidura

Después de las elecciones pasadas el tablero político en el Estado se plantea complejo, como eufemismo de cercano a lo ingobernable. Debemos tener en cuenta que Pedro Sánchez, único candidato con algunos visos de poder sacar a delante una investidura, depende, no solo de socios mas o menos incómodos como puedan ser Bildu o ERC, si no también de una derecha moderada como es el PNV y de una no tan moderada como es Junts, que además de su independentismo se encuentra en todo, mucho mas a la derecha que ninguno de los otros socios de esa posible coalición, haciendo realmente difícil, no ya una investidura, si no el gobierno posterior ¿qué presupuestos se pueden negociar en este escenario? ¿serían ahora posibles leyes como la “ley trans” y otras de tinte mas económico?

En esta situación, el líder del PP, Feijoó, parece no estar dispuesto a reconocer la realidad de su soledad, y agarrándose a lo que, no se puede negar, es una realidad estadística, su victoria en número de votos en las elecciones, se empeña en una supuesta legitimidad para gobernar que nade mas ve, pidiendo cada vez que tiene ocasión la posibilidad de hacer una sesión de investidura con él como candidato. Creo que sería en interés del PSOE y de las opciones de coalición a la izquierda el pedirle al rey que se lo permita. Después del absoluto ridículo en la sesión de constitución de las cámaras y la elección de los miembros de la mesa mas aún.

Cuando un rival político se empeña en hacer el ridículo, la mejor opción es apartarse, hacerle espacio y ayudar a que este ridículo sea lo mayor y mas visible posible. Un Feijoó que se presente en la sesión de investidura para repetir durante horas “soy la lista mas votada quiero gobernar, quiero gobernar porque soy la lista mas votada” mientras el resto de partidos le responden uno tras otro que nones, creo que lo deja, como poco tocado de muerte. Un Sánchez que baje a explicarle que el “sanchismo” no se puede derogar con Sánchez, el PNV que pretender gobernar con ellos y VOX a la vez es del genero bobo, un Junts que salga a decir públicamente que pa' que los quieren llamar ahora y completando el circo un VOX pidiéndole explicaciones por haber intentado llegar a acuerdos con los dos anteriores es lo mejor que le puede pasar al PSOE. Si VOX no se une a la fiesta el ridículo ante la gente es total, si VOX se suma, y tiene muchos incentivos para hacerlo, 24 horas después de salir del congreso de los diputados Feijoó deja de ser secretario general del PP con una probabilidad del 90%.

Los intereses de VOX en sumarse al escarnio son varios y parten todos ellos de saber de antemano que esa investidura será fracasada. No nos engañemos, si hubiese alguna posibilidad real arreglarían sus diferencias en cuestión de horas, pero al no serlo, escenificar tanto una distancia con su principal rival ideológico, como una dureza total con sus coqueteos con nacionalistas, le resulta muy interesante para tratar de recuperar votos. En cualquier caso y si todo el bloque de la derecha hace un ridículo total no es seguro que recupere mas de los que pierda. Tampoco les vendría mal hacer caer a Feijoó, que nunca ha ocultado su incomodidad, y mover al PP hacia posiciones mas radicales que validen su discurso, o parte de él. También parece que los propios movimientos internos del partido sustentan esta idea de situarse en posiciones mas “radicales” al menos de cara a posibles pactos.

En cuanto al propio PP, parece que los cuchillos ya están afilados y los rumores sobre defenestración provienen de varias fuentes. El propio Feijoó tampoco ayuda a cortarlos al haber dejado claro que no se veía como líder de la oposición y que si no salía elegido presidente se iría a su casa, alimentando a los que cogen posiciones para sustituirle. Lo único que podría salvar su cabeza es el riesgo de repetición electoral y es posible que los movimientos en su contra no se concreten hasta que no haya un gobierno, cambiar de líder justo antes de repetir elecciones es un movimiento realmente arriesgado, no es descartable pero no parece la mejor opción, o las opciones de gobierno del PP (en caso de repetición electoral) pasan a ser 0 o no creo que sus posibles rivales se muevan demasiado. Eso no quita para que su posible continuidad pase a ser una mera formalidad y que deje de tener el poco poder interno que parece tener ahora mismo.

Sobre el PSOE y las opciones de formar gobierno en esta situación hipotética, creo que tendría que evaluarse las opciones. Repetir elecciones es un riesgo muy elevado, pero meterse en una legislatura con socios no demasiado fiables y con diferencias ideológicas notables, dando aire al PP para recuperarse, podría tampoco ser una idea muy segura. Es posible que en una situación así, con un VOX muy tocado (y con guerras internas) y un PP muy tocado (y con guerras internas), siempre y cuando SUMAR consiga mantenerse mas o menos unido con unas mínimas garantías, podría suponer un riesgo mas aceptable que otros, derivando en nuevas elecciones cerca de navidad, con un escenario en que siga dependiendo de otros partidos, pero tal vez de menos y mas cercanos a las ideas y propuestas de la izquierda.

Descentralización.

El último tema a tratar en estos artículos es el tema territorial, un tema propio de España, muy complejo y con matices y orígenes históricos muy difíciles de separar de los intereses y manipulaciones de los políticos actuales.

Empezaré diciendo que este no es un tema realmente de derecha vs izquierda, nada impide ser una persona ser de izquierdas y querer un país centralista o con un gobierno central potente. Del mismo modo ligar completamente la derecha al centralismo es un error absurdo, tanto a nivel histórico como al rededor del mundo, USA podría ser un ejemplo evidente donde la derecha, cuanto mas extrema, mas poder territorial quiere. Incluso históricamente en España, el mayor movimiento contrario a la centralización sería el carlismo, que hizo de los fueros vascos y navarros su gran caballo de batalla, y era ciertamente un movimiento radicalmente conservador. Pero desde la república y la dictadura, en España se ha instalado una cierta asociación entre la extrema derecha y el centralismo y entre la extrema izquierda y el federalismo o similar. Lo relevante ahora no es como se ha llegado aquí, lo importante es que esta correlación es real y además está fuertemente marcada en el imaginario colectivo español.

He dicho extrema izquierda y extrema derecha, porque en el caso de PP y PSOE parecería que ambos están mayormente cómodos dentro del estatus quo actual, con ciertos matices, el PSOE no se opone a diversas rondas de descentralización progresiva, pero muy paulatina, el PP si se opone de forma, a veces agresiva, pero tampoco lo revierte cuando alcanza el poder.

Dicho lo anterior el argumentario de VOX va a dos partes importantes, por un lado a lo emocional, la desaparición de la nación española como fuente de desgracias y por tanto como mal absoluto a evitar, esto ataca una parte muy difícil de contrarrestar, por estar hablando de nacionalismos pasionales. Otra parte ataca duplicidades, gastos de gestión, exceso de políticos, demasiada burocracia, esta parte si podría ser desmontada, pero como muchas veces parte de medias verdades no del todo falsas y las combina con exageraciones y slogans de fácil digestión que hacen tremendamente difícil plantear el problema real que pueda existir en términos racionales, yo creo que lo mejor que se puede hacer en estos casos es apelar a que en caso de duplicidad, lo que se debe desmantelar es el servicio central y no el autonómico, dejando de lado debates sobre si existe o no tal duplicidad, se ataca al centralismo con su propia arma y se los obliga a saltar al primer argumento (el sentimental) haciéndoles perder a parte de los convencidos.

Para abordar el tema territorial en sí hay que tener en cuenta la evolución histórica de España, mas allá de cuando se forma esta como Estado, que creo un debate académico estéril para la política lo relevante es que España es el resultado de la unión de varios reinos, pero estos no se unieron en pie de igualdad en ningún caso. No se trata de trasladar al tiempo y las formas actuales lo que no dejaban de ser formas y modelos medievales, pero la realidad es que a través de matrimonios o de guerras, Castilla se impuso a los reinos de Galicia y León, este último se había impuesto ya en su momento a Asturias, por otro lado Aragón hizo lo propio con Cataluña y Valencia y los dos mas Navarra se unieron al tiempo que conquistaban Andalucía, pero tampoco en pie de igualdad y la primacía económica y cultural de una Castilla que controlaba el comercio americano le dieron superioridad cuando se unificaron los parlamentos. Esto lleva a una situación donde el modelo legal y la organización territorial son el modelo Castellano, dejando sin representación las tradiciones culturales de todos los otros reinos, esto lleva a un cierto grado de asimilación cultural, pero no completa a lo largo de los siglos.

Así es como se llega a la democracia actual, donde en un primer momento se habla de comunidades históricas, porque algunos de los reinos aun conservan parte de su identidad, pero ninguna realidad jurídica que les de participación política. Resulta que en el debate de su momento cala un argumento de forma mas o menos implícito que llega hasta nuestros días, aquel que dice que si tu tienes mas autogobierno que yo, tienes mas que yo, y eso e injusto. Es un argumento absurdo pero que deriva en el famoso “café para todos” que lleva a la existencia de comunidades autónomas en todo el territorio nacional. Este es el origen del problema y el gran pecado original que hace el problema territorial español casi irresoluble.

En primer lugar creer que autogestionar un servicio o competencia, hace tener mas derechos que otro es un absurdo que debe ser rebatido con vehemencia, se transfiere una competencia para adaptarlo a una realidad territorial que desde la centralidad se ignora ya sea de forma deliberada o no, no para tener mas o mejor que otros. Lo importante es tener un buen hospital, no que se lo dirija desde Barcelona o desde Madrid, pero queremos que se dirija desde Barcelona porque la realidad catalana, en temas como la atención al paciente, no se trabaja adecuadamente desde el gobierno central. Esto es así para Cataluña, pero habrá que pensar si también lo es para La Mancha. Y debe aclararse de forma meridiana que gestionar la sanidad para Cataluña desde Cataluña y la de La Mancha desde Madrid, no es menoscabar los derechos de los manchegos, no es reducir su estatus ni menospreciar su realidad. En Gran Bretaña el único que no tiene parlamento propio es Inglaterra, eso no lo hace menos que el resto, si no mas. Este debate se debería haber dado, y con énfasis ya en los años '80, ahora costará el doble, pero debe darse o nunca se solventará el problema.

Por otra parte es cierto que el número de políticos per cápita en España es realmente elevado, es un tema en el que se debería trabajar, ya sea reduciendo cargos “a dedo”, asesores, ministros o consejeros o incluso parlamentarios. No puede ser que el número de políticos necesarios para gestionar la mucho mas democrática y descentralizada Suiza sea la mitad de los que necesitamos nosotros. Eso también reduciría los argumentos del populismo.

La inmigración, el gran error que abre la puerta la nazismo.

El discurso dado por VOX sobre la inmigración no es nuevo, ni original, tal vez resulte mas o menos novedoso en España el tema del gran reemplazo, pero es algo que también viene de viejo, agita el miedo al diferente, el racismo mas puro y duro y lo acompaña de bulos en gran medida, junto con una supuesta censura de los medios a noticas negativas a los migrantes.

La respuesta de la izquierda es también la tradicional, ayudar a los que llegan, esperar que se acomoden e integren según vayan llegando y esperar que la situación no suponga fricciones, achacar al racismo las actitudes no complacientes con esto y despreciar a quien compre todo o incluso parte del discurso de la ultra derecha.

Esto es no saber leer el problema. El racismo es una respuesta, un síntoma, de un problema mas profundo, que es el miedo, pero no un miedo al diferente o un miedo a la violencia, eso es lo que vende VOX pero también se equivoca, eso viene después, el origen es otro, es miedo a la pobreza, no a la ajena del inmigrante si no miedo a la pobreza propia. Miedo a que las migajas que los poderosos dejan a repartir no sean ya suficientes para mi y para ese otro que llega de nuevas. Miedo a que las plazas en los colegios públicos no lleguen para mi hijo y no pueda permitirme uno privado. Miedo a que para atender en el médico a ese que ayer no estaba y hoy sí, haya que recortar esa ayuda pública que tanto necesito. Miedo a ser yo el escalón mas bajo de la economía.

Este no es un miedo irracional, ni fruto del odio al diferente, es un miedo palpable y perfectamente entendible que parte de un supuesto cierto pero ignorado desde la izquierda. Abrir fronteras de forma absoluta es el sueño húmedo de los ultraliberales, de los empresarios explotadores a los que les da igual si un empleado se muere de un golpe de calor en la obra porque otro ocupará gustoso su lugar. La llegada de unos pocos cientos de inmigrantes no va a tener repercusión sobre la economía en ningún grado, pero si llegan miles, decenas de miles, cientos de miles, si se concentran en zonas específicas, si se dedican a sectores concretos, sí tendrán una incidencia bajando la capacidad de negociación de los trabajadores y las trabajadoras frente a empresarios que ven como con facilidad podrán encontrar a empleados menos contestatarios.

Del mismo modo que en el artículo anterior, que haya homosexuales de derechas no debe llevarnos a dejar de defender sus derechos, que los inmigrantes bajen el poder de negociación de los obreros no debe llevarnos a abandonarlos, ni a cerrar fronteras, ni a expulsarlos, nada mas lejos de la realidad, a lo primero que debe llevarnos es a no negar el problema, a reconocerlo y a buscar soluciones, que tal vez no sean obvias, pero en eso debe trabajarse.

Cuando en el siglo XIX y principios del XX se produjo el éxodo masivo de gente del campo a la ciudad, esto también produjo graves fricciones entre obreros, pero el resultado no fue un empeoramiento de las condiciones materiales de todos ellos, si no mas bien un aumento de su fuerza, a través de un mecanismo de gran poder, la asociación de los trabajadores en forma de sindicato. Propuestas políticas útiles podrían ser obligar a los trabajadores inmigrantes a sindicarse, de ese modo se garantizan sus derechos ante empleadores abusivos, se da fuerza de negociación a estos sindicatos, que pasarán a tener un mayor anclaje social, por supuesto vigilando que esos sindicatos no sean falsas asociaciones creadas para engañarlos por mafias o similares. Todo ello acompañado de mayores inspecciones y sanciones para quien contrate a irregulares o para quien pague por debajo de los mínimos establecidos.

Es una posible propuesta, que sin dejar de lado las ideas y planteamientos de izquierdas no ignora el problema, es mas, incluso aun que no se llegase a implementar la medida concreta, incluso a quien no le gusta la opción, el mero hecho de reconocer el problema como tal, llevaría a muchos de esos “obreros de derechas” a replantearse si realmente la izquierda son esos niños pijos universitarios alejados de la realidad que él se imaginaba en su absurda idea.

Esto también se debe acompañar de formas mas claras y útiles de repartir las ayudas sociales o el acceso a los servicios públicos. Cualquier persona informada sabe que en este país no hay ayudas según nacionalidad o etnia, pero no todo el mundo está debidamente informado y es obvio que las ayudas para los mas desfavorecidos van a recaer en quien menos tiene y este suele ser de un color de piel distinto. No es fácil luchar contra la percepción que esto pueda generar en quien solicita una ayuda pública y se la deniegan por no tener derecho a ella, tal vez de forma justa, pero la mayoría de las veces por unos límites demasiado rácanos, por programas depauperados, por varemos subjetivos, etc. Se deben mejorar los procesos de asignación de ayudas, indicando a quien no la percibe, porque en ese programa concreto no encaja su caso, si acaso es otra ayuda a la que tiene derecho. Tal vez, del mismo modo que en otros ámbitos de la administración se ha formado a gente en feminismo, con buen resultado, en esto debería formarse a gente como trabajadores sociales para poder enfocar el tema con quien no tiene derecho a una ayuda y ve como el de al lado si, para evitar que esto genere resentimiento.

En el tema de la integración a largo plazo, de segundas generaciones en adelante, hay que decir que España es un país al que la inmigración ha llegado de forma relativamente reciente, pero aun así ya tenemos una población de segunda generación mas o menos integrada y creo que con relativo éxito, siempre hay excepciones pero parecen poco relevantes, estamos lejos de los problemas de otros países en esto, pero no debe dejar de trabajarse en ello y creo que evitar focalizar a la población inmigrante en guetos endogámicos es esencial para ello, si se acompaña de interés y respeto por su cultura y sus tradiciones tendremos la fórmula del éxito.

Guerra cultural y lucha contra el feminismo.

La visión de la ultra derecha sobre los derechos de las minorías parte de una idea. Evocar un pasado donde esas minorías no existían, una estampa bucólica tan vendible como irreal. Da igual si hablamos de los afroamericanos en USA o de los gitanos en España, el discurso se modula a la edad del interlocutor para hablar de una época pasada y plantearla como exenta de problemas con esos grupos por que supuestamente sus reclamos estaban superados o porque se mantenían amablemente en guetos, incluso en caso de los homosexuales, no existían, contraponiéndolo a una situación actual donde piden demasiados derechos y resultan “conflictivos”. Este discurso es fácilmente desmontable pero no es el objetivo de esto que escribo hacerlo, si no plantear porque una idea tan irreal cala y como contraponer un discurso efectivo.

La idea cala porque todos hemos tenido una infancia, y la de aquellos que estamos entre los grupos no minoritarios, fue mayormente ajena a esa clase de problemas sociales, que nos llegaban enormemente atenuados por nuestros padres o maestros. Tal vez educar a las generaciones futuras sin edulcorar esos problemas pueda ser un factor a debatir en otro foro, pero no es una solución a corto plazo como pretendo plantear. Es obvio porque esto es tan vendible sobre todo a las clases acomodadas, que seguramente no han visto un gitano, por ejemplo, mas que pidiendo a la puerta del super con cara de humildad, contarle a esa persona que en los '90 ya había graves problemas de integración es ir contra un recuerdo irracionalmente gravado en su memoria emocional, en algunos casos incluso sin maldad, por pura ignorancia, te dirán que no había gays antes de la llegada de la democracia o cosas similares sin sonrojarse.

La respuesta discursiva de la izquierda ha sido la que a primera vista es la mas lógica, oponer los datos y la realidad, algo que puede funcionar bien a un cierto nivel pero que no cala mas allá, es difícil rebatir las emociones de inocencia perdida, así que se ha optado por la opción de hacer, de avanzar y esperar que ver la integración funcionar resulte en una ruptura de las resistencias. Ha sido una estrategia parcialmente exitosa, somos uno de los países mas integradores del mundo y de los mas respetuosos con los derechos de minorías como LGBT, pero electoralmente está generando una reacción contraria a la izquierda, así que el problema es mas electoral que social, aun que VOX trate de vender lo contrario.

El problema electoral se produce por varios motivos, en primer lugar, desde la izquierda de forma generalizada en todo el mundo, se ha pensado que luchar por los derechos de las minorías hará ponerse a esas minorías del lado de la izquierda, sumado a aquellos que ya estaban de acuerdo con sus ideas y a quien ven de primera mano los resultados de esa integración de minorías. Esto es una error y parte de una falsedad, las minorías no son homogéneas, no votan de forma monolítica, creer que no existen gays que quieren menos impuestos o transexuales que están a favor de la privatización de la sanidad o la educación es creer que son un grupo de pensamiento único, pensar que esas ideas no los llevarán en cierto momento a ver con buenos ojos a partidos de la derecha es vivir fuera de la realidad y menospreciar a quien expresas abiertamente esas ideas es dejar ver una prepotencia y paternalismo que enfada al resto los miembros de esa minoría. Esto lleva a alejar a grupos como mujeres, que deberían ver sus derechos amenazados por VOX, pensar si el feminismo no está mas en su contra, por exigirle compartir y adherirse a sus ideas bajo pena de desprecio y escarnio público.

Esto no debe llevar a renunciar a esas luchas, estas no se deben producir por tacticismo electoral, si no porque son justas. Pero es ese mismo planteamiento el que se debe vender, no es VOX contra las mujeres o VOX contra los homosexuales, es VOX contra los derechos. Yo, hombre hetero, tengo mas derechos desde que se aprobó la ley del matrimonio homosexual, y si los homosexuales votan a cualquier partido, no son menos homosexuales o menos aptos, ni acaso menos dignos de ser defendidos, lo contrario sí es caer en el tacticismo electoral.

Otro de los elementos relevantes del discurso contra el feminismo de VOX es el de la libertad sexual, de forma mas o menos velada dejan ver que hoy por hoy las mujeres están demasiado liberadas, que los hombres están oprimidos por no poder satisfacer sus necesidades sexuales. Se trata de un discurso importado de USA, donde en grupos auto denominados incell, el odio y el fascismo mas absoluto van de la mano. Es muy difícil contra argumentar contra alguien con la autopercepción tan errada (yo soy estupendo y si ninguna mujer me quiere no es porque no sea estupendo, es porque el feminismo le vende demasiados derechos de elección), pero este es un discurso muy de nicho, muy extremo y que solo prospera en grupos tremendamente marginalizados. Lo que se debe impedir es que el discurso permee el resto de la sociedad de forma mas velada, mas sibilina dando a entender que es perjudicial para la sociedad en general que la mujer tenga opciones (sexuales, vitales, etc) y quiera exigirlas en igualdad. La mejor manera de conseguir esto es precisamente visibilizando a esos incell y mostrando en detalle sus ideas, fuera de sus oscuros rincones de internet no atraerán mas que a algún despistado, pero a la inmensa mayoría de la sociedad la espantarán mas allá de lo reversible.

Todo ello, a mi entender, debe ir acompañado de un recordatorio constante de que no hay mayor lucha social que la lucha contra la pobreza, porque a rentas iguales las mujeres están discriminadas, pero una mujer de clase alta tiene mas derechos que un obrero pobre y esto no puede dejar de recordarse, Ana Patricia Botín o Marta Ortega tienen mas ventajas sociales que el 99% de la población española y luchar contra el machismo no puede hacer parecer que olvidamos esto, lo mismo ocurre con la homosexualidad, salir del armario con una gran seguridad económica puede no ser fácil, pero ni se acerca a hacerlo cuando un despido te puede llevar a la indigencia, por eso debe recordarse con mas frecuencia y vehemencia cuando se habla públicamente de estos temas.

Del ascenso de la ultra derecha en España y del fracaso de la izquierda impidiéndolo

Bueno en primer lugar aclarar que por fracaso de la izquierda no me refiero a un fracaso político (de políticas) si no discursivo, al no evitar un cambio en la percepción pública de temas que hace tan solo 5-10 años parecían de un consenso absoluto. Es obvio que durante la última legislatura en España se han conseguido avances clave desde la perspectiva de la izquierda, pero los discursos y la tendencia social se ha deslizado peligrosamente hacia la derecha y la ultra derecha, cambiando del país que tomó las plazas hace 15 años al que corea “que te vote txapote” como un meme divertido en cada ocasión.

La ultraderecha en España basa su discurso, su apoyo y su crecimiento en tres pilares, dos de ellos copiados a otros lugares, uno adaptado de aquí. Este último es el tema territorial, el centralismo como bandera, un tema tradicional de la derecha española, que desde mediados de los años 90 parecía parcialmente superado por el PP, que se oponía, a veces de forma feroz, a la ampliación de la descentralización, pero en ningún caso cuestionaba sus bases fundamentales ni planteaba revertirla en modo alguno. El discurso de VOX es diferente en esto porque partiendo de esa resistencia a la descentralización la lleva un paso mas allá y plantea una recentralización del Estado. Este discurso cala de forma muy clara en aquellas zonas territoriales donde la autonomía no tiene una significación histórica o cultural relevante y donde es fruto del “café para todos” y no de una necesidad real. Esto es, en las Castillas principalmente, aun que no en exclusiva.

Otro de los temas fuertes de VOX es la inmigración. Como tema recurrente de la ultraderecha global lo presenta con todos los monomitos habituales, desde la violencia desmedida de los inmigrantes, mezclándolo con posibles problemas de inseguridad ciudadana (reales o exagerados) hasta la suplantación cultural, la posible imposición religiosa, sin perder los clásicos slogans sobre robar el trabajo o las mujeres. Discursos no muy elaborados, pero si muy efectivos, principalmente en zonas en las que hay una alta concentración de inmigrantes, zonas en las que no están ni mucho menos acostumbrados a esta presencia, que se encuentra hoy por hoy con gran cantidad de extranjeros. Zonas del sur del país y barrios populares de las grandes capitales son el principal caladero de estos discursos.

El último de los elementos principales, copiando también los argumentos al extranjero, es la lucha contra un supuesto feminismo “radical” o los derechos de personas con orientaciones sexuales diversas, mezclándolo todo con una suerte de revival religioso y miedo a un supuesto adoctrinamiento infantil en valores no cristianos. Lo enmarcan todo y lo empaquetan en una percibida guerra cultural global, como parte de un globalismo todo ello como forma de reempaquetar el antiguo contubernio judeo-masónico que así enunciado no vende ya tan bien. Este discurso cala especialmente en las clases acomodadas de todo el país.

Me propongo, en una serie de tres artículos, explicar los discursos de VOX (y por extensión de buena parte de la derecha internacional) en esos tres puntos y como la izquierda debería articular sus discursos para contrarrestar esas ideas, presentando o reelaborando ideas ya presentes en la izquierda para dar respuesta a problemas que hasta ahora están ignorando o a los que no se le da la respuesta correcta.